En el infierno, en el parque, en la cola del paro, trabajan locos.
En la catedral, en la tienda de regalos, al teléfono, hablan locos.
En la mina, en los despachos donde todo se arregla, venden locos.
En mi casa, aunque no lo quiera, estamos locos.
Bienvenidos, votantes de La Tierra, al país de los locos.
lunes, 26 de diciembre de 2011
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