Desde mi habitación veo la lluvia,
que no me toca, no moja.
Desde mi soledad siento la daga,
que no me calma, me enoja.
Desde mi corazón, la sangre roja.
Desde mi balcón, la lluvia tonta.
No camina el viento. No, las palabras.
Caminan las personas, bajo la lluvia roja.
viernes, 24 de febrero de 2012
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