Quisiera
ser voz que acaricia el viento.
Quisiera
ser manos en tu alma.
Quisiera
ser mirada tierna en tu sexo.
Piel
derretida… Mezclada.
Con
paso firme y pausado.
Olor a
nuevo, las viejas cosas.
Olor a extraño,
lo conocido
y al corazón,
mariposas.
Volver
a ser joven, de nuevo.
Y de
viejo, volver a hacer lo mismo.
Tras recordar
mis virtudes.
Tras encarar
el abismo.
Parece
extraño que digas
en poesías
amargas,
que perdiste la piel;
que quebraste las alas.
Parece
hermoso que diga
en mi último lecho,
que no guardo rencor
sino un mechón de tu pelo.
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