Quiero escapar de las palabras
que por siempre me llenan la mirada
de ideas huecas y equivocadas.
Abrir los ojos y vencer al rótulo
abrasivo, iluminado, que no dice nada.
Dejar de comprender. Abrazar los actos
para olvidar las palabras.
Ser más joven y antiguo, a la vez.
Primigenio. Prístino. Puro como Ser
en un verdor de líneas onduladas,
donde el alfabeto no siente, no cabe, no existe...
y el hombre pensativo observa la mañana.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
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