Me gustaría ser bala disparada al cielo.
Girando rápida, arriba, caliente.
Llegar alto; a lo más lejos. Bailar
con la nubes y el viento perenne.
Quisiera por fin hacer agujeros
sin permiso donde nadie los quiere.
Volar primero sobre mí mismo.
Dejar de pensar y de quererme.
Y en siendo libre, mi alimento.
En cayendo, escapo del fin; la muerte.
Curiosa es la verdad velada,
cuando descansa de cuerpo presente.
lunes, 27 de marzo de 2017
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