A todos nos toca la muerte
forjada con los años, prieta.
Compañera negra de espada,
de tributo, pecha y leva.
De ojos vacíos; sedientos.
Cuando nos llega el cansancio.
Sin permiso. Sin excusas.
Con voz de maestro togado.
Como reloj, avanza despacio
y después aporrea tu puerta.
Dulce noche, que nos llega.
Toca la muerte y nos despierta.
lunes, 29 de agosto de 2016
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