No lo digo yo, lo cuentan
las arrugas esas que trepan
hasta el final de mi tiempo.
Cuando los enemigos te
parecen simpáticos. Sin duda,
mejores que los desconocidos.
Y solo, yo siempre solo,
en callejas prietas o en amplias
avenidas repletas de otros.
Porque seguimos siendo iguales
y al tiempo tan diferentes
Veinte años son nada, siquiera.
Y el tren que no vuelve.
El mismo que nunca llega.
Que pasa, se entretiene,
dormido entre los vagones,
que la propia muerte aleja.
-Trainspotting II
jueves, 2 de marzo de 2017
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1 comentario:
....en momentos en los que vivo yo cotidianamente desde años...leer algo tan profundo y sencillo a la vez ...me da conforto..entendiendo que la vida nos da ...no, lo que merecemos ...sinó lo que encontremos en nuestro camino largo o corto ...lo que sea
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