Habitar tu sonrisa como un animal
extinto que sabe que sus días están
contados; que después de ti
no habrá nada, solo un abismo
al que caer desde tus labios
a un horizonte perdido
para habitar otros páramos;
para seguir sobre lo mismo.
Tener un lugar donde mecer
la duda que la bruma acecha.
Torcer mi voluntad y aprender
de tu sonrisa, las ganas,
para seguir siendo yo mismo,
ser vivo y perdido entre pozos
obliterados, cercanos a mi sismo
donde alcanzar, si pudiere, el infinito.
lunes, 29 de julio de 2019
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