El cielo azul se hizo madre
y con él una sonrisa.
De hielo y fuego, la brisa.
De sensual los andares.
En un Eterno Retorno,
pues retornar en ti me duele,
la sensación que precede
el recorrer tu contorno.
Acero azul la mirada.
Dulces palabras de niña.
Consuelo de mi mañana.
Sabor de saber sin prisas.
Para escapar de tu miel,
quisiera estar separado
del susurro de tu piel
que me ahonda en todos lados.
viernes, 23 de enero de 2015
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