Para alcanzar una vida extra,
debes hacer algo que no es propio.
Algo distinto a ti, como de otro.
Debes cambiar el espejo.
Decir "Sí" cuando es "No".
Y viceversa. Eso es todo.
Para conseguir esa vida extra
no puedes permanecer sentado.
Ni vicario ni confesor. Sé pecado.
Es vivir, en definitiva,
sin hacer rico a otro.
Sin que te roben la vida.
Pensar que lo bueno extra está
pero lejos, no es pensar; es sufrir
y dejar de respirar aun viviendo.
Esperas a morir y luego ir al cielo.
Eso ya no es vivir
simplemente porque estás muerto.
Si aún cansado de repetir
"quiero cambiar", todo te da miedo,
no cambies, espera y verás,
vomitarás arrepentimiento.
sábado, 31 de enero de 2015
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