Los golpes duelen más cuando
piensas que deberían llover besos.
Y entre medias, la noción y el tiempo.
Dejando de pensar en lo que necesitas
para pensar únicamente en lo deseado.
Pues respirar no es opcional ni opinado.
Tampoco escribir sobre tus golpes
y llorar sobre tus besos de armario.
Intentar es convocar al propio fracaso.
Entre pinzas, la ropa;
siquiera sin haber comenzado.
domingo, 17 de enero de 2016
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