Pido perder la razón este momento.
Meto, pues niego, el miedo en mi cuerpo.
Si hoy ya tarda, mejor me duermo.
Pues puede esperar. Y por esperar,
mirando a los demás, espero. Cero
es el color del mar cuando te beso.
Pesada la carga de vomitar un soneto.
Perdida, cegada, quemada de asueto.
Las bocas, las ganas, el tiempo
que pasé con libertad y ahora en
tus brazos de cera, preso, muero.
Si mañana he de volver a esperar,
mejor prendido en tu cuerpo.
Con las olas, mi credo y la sal.
Mi cara en tu ventana y el eco.
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