lunes, 15 de agosto de 2016

LA BUSCA

En un minuto resonante y difuso
se pierde lo que, de alguien, queda.
Como el eco en un camino, como
la soledad prieta. Cuando esperas tanto
que no llueve, ni los zapatos aprietan.

En ese segundo despiertas, abres los ojos;
oteas. Quién hay sobre ti y a tu lado, quién
abandonó las laderas. Relleno de decisión: minuto,
segundo y milésima. Hoy toca decidir si mostrar
la cara al mundo o tumbarse a dormir la siesta.

Encuentra unas raíces y úsalas como propias.
Da la mano a tu otro yo lascivo. Cógela sincera.
Sube al torreón del faro, agita sin miedo la bandera.
Niégate a morir, mientras haya un alma despierta.
La busca no termina ni cuando el futuro se aleja.

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