miércoles, 5 de octubre de 2016

MENTIRAS

En el pecho, una tabla que aprieta
fuerte. Un lujo el respirar, que hiere.
Los ojos sudan por dentro. Se seca
por fuera la boca apagada, como de muerto.
Espero levantarme y seguir, o seguir
sentado leyendo las crónicas que no
me suceden a mí; que cada día más,
me saben a hielo. Hielo que corta, fino.
Hielo negro cristalino. Obsidiana que se mete
debajo de las uñas. En el pecho no cabe la brisa.
Ni el más mínimo hondo respirar. Un grito
quizás, me devolvería a la vida. Pero no
sé qué gritar. Solo me quedan mentiras podridas.

No hay comentarios: