martes, 22 de noviembre de 2016

ÁSPIDES

Sierpe que repta, rapta y ruega
para que le dejen en paz en
sus desiertos de arena, mezclada
con el vendaval que todo lo merma.

No son aspas de molino son
ciegas áspides que refriegan.
Se entrelazan como hilos
Nunca caen, aunque se muevan.

Habitan las entrañas, el mecanismo.
Observan las unas a las otras. Bailan
para no perder el ritmo. Sueñan
que son sierpes, dormidas en el abismo
profundo, recóndito... Una vez más, simple arena.

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