jueves, 27 de noviembre de 2014

EL DOLOR QUE NOS SEPARA

Empiezo a pensar que vivimos en dolores diferentes.
Si río, como loco desenfrenado, tú lloras sin consuelo.
Si te enfadas y la ira ocupa tu alma, yo perdono y olvido.
Si te frustras en el fondo del pantano, yo lo hago a solas en mi castillo.

Que voy demasiado rápido, cuando en realidad me arrastro.
Que vas demasiado lento, cuando volaste hace tiempo.
Poner otra piedra más del muro que nos separa, no tiene sentido.
Mejor será, pienso yo, hacer una tapia para poder mirar desde lo alto.

Pero pensar se troca en Alicia en el espejo.
Donde izquierda es derecha y derecha, centro.
Donde la cabeza huele a pies y la boca, a deshechos.
Donde el sudor es lágrima, y la lágrima, cuento.

Ya ni el dolor nos une. Ni siquiera nos une el pecado.
Ni la avaricia de tenernos el uno al otro.
Ni el sueño de un futuro a tu lado.
Dolor seguido de miedo, impaciencia, hastío y asco.

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