miércoles, 20 de julio de 2016

POBRE VATE

Mácula de vate primigenio.
Pues no se atrevió a poner nombres
a las cosas bellas y esperó
a que el mercader lo hiciera.

Aquella culpa trocada en tonta
condena para ver el mundo
desde un boquete intacto, obscuro,
como la noche cuando despierta.

Vate amargo que sollozas. Anhelas
lo podrido que se asienta en el alma.
Desvistes los callejones nimios
con jirones de espesas dudas.

Abrupto insultas a lo que queda
en el cajón que nadie rebusca.
Arrinconado debajo de la mesa
mirando el tiempo, en un reloj de brumas.

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