martes, 3 de marzo de 2015

VOLANDO

No me acostumbro a estar solo en mi cabeza.
No temo saltar, ni bucear, ni ser amarillo soldado.
No a ser sombra de serrín, vuelo raso, barato.
En la guerra, como en la paz, siempre muero equivocado.

Puede ser que te confunda con otro barco pues
en el espejo de la verdad todo amanece empañado.
Ser luna, cuando la luna ya no se deja dejar,
en una miríada de mar, desde lejos y a tu lado.

Dedicado al Teniente Luis Gonzalo Segura.

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